domingo, 16 de junio de 2013

Textos para muestra "Estudio Corpóreo, André Perez Retes", Galería Armada

Texto Muro, Estudio Corpóreo

El manejo de la forma, color, textura y una propensa fatiga de material es el primer acercamiento que se puede tener con la obra de André Pérez Retes. Artista de nacionalidad brasileña con estudios en Santiago de Chile. 
En esta muestra nos encontramos frente a dos partes esenciales para el estudio sobre el material que nos presenta el artista. Por un lado, hallamos el resultado de una serie de procesos de intervención sobre la tela, obteniendo como resultado una pieza única, orgánica y rígida. Y por otro, se encuentra el video-registro de aquellos procesos, que evidencian la necesidad de habitar el espacio, como parte de la construcción e intervención sobre el material textil. Ambos cuerpos –artista y tela– experimentan de forma conjunta los procesos de intervención. La tela, al tomar contacto con la cera modifica su estructura, introduciéndose en sus espacios o simplemente creando una película sólida sobre ella. Mientras que el cuerpo del productor o artista trabaja sobre y con los materiales, disponiendo de su cuerpo como herramienta para guiar el proceso de construcción de la pieza. 
Como se puede observar, la creación de estas piezas se transforman en un estudio del material y de su propio cuerpo, poniendo en conflicto las propiedades que se entregan para tensionar y poner a prueba a ambos. 

Estudio Corpóreo.

El manejo de la forma, color, textura y una propensa fatiga de material es el primer acercamiento que se puede tener con la obra de André Pérez Retes. Artista de nacionalidad brasileña con estudios universitarios en Santiago de Chile. 
En primera instancia podemos encontrarnos frente a una escultura, teniendo como predominio el uso del volumen, textura y color –elementos claves de esta técnica–. Cuando observamos la pieza, desde el carácter procesual, esta noción de escultura entra en conflicto frente a lo pictórico del gesto que las construye. El cúmulo de las pinceladas entregan el grado de rigidez que posteriormente tendrá el material. A raíz de ello, se puede categorizar la pieza como un desplazamiento entre ambas disciplinas, cuyo punto en común es el estudio sobre el material textil. 
El trabajo de André se caracteriza por un largo proceso de elaboración de la pieza, en la cual se vuelve necesario habitar el lugar donde son presentadas. La tela, se dispone de forma amplia mediante una serie de tenciones, utilizando en gran medida por completo el espacio. Posteriormente se le incorpora la cera, elemento solidificador y constituyente de la forma final. Al cerrar el proceso de elaboración de la obra, el artista elimina algunas de las tenciones aplicadas sobre la tela, poniendo a prueba las nuevas características de ella, quedando muchas veces en evidencia la fática del material, desprendiendo sedimentos a raíz de sus fracturas o simplemente no resistiendo la supresión de sus soportes. Como se puede observar, la obra consiste de una serie de procesos, donde el cuerpo del artista y el cuerpo de quienes experimentan el recorrido interfieren o son interferidos. La tela toma un lugar semejante al cuerpo, donde ambos son estudiados, específicamente desde su resistencia. 
Al mencionar que la propuesta del artista utiliza como material telas y que sumado a ello su proveniencia es Brasil, resulta indudable no traer a la retina la imagen de los parangolé de Helio Oiticica (1937 - 1980). Artista brasileño, icono del movimiento artístico neoconcretista y cultural tropicalismo. En ambas tendencias el uso del parangolé se vuelve una representación de sus posturas políticas, sociales, culturales y artísticas. Estas obras estaban constituidas en su mayoría por una simple tela, planteando una experiencia plus-sensorial y reflexiones cinético-estéticas al ser utilizadas sobre los cuerpos. La incorporación del cuerpo se plantea de forma reciproca con la obra, negando la utilización de éste como un soporte. 
En el caso de Pérez, el uso de la tela también tiene como objetivo realizar un estudio del material, analogandolo con su propio cuerpo. El artista llega a trabajar con estos materiales de una forma aleatoria, la cual con el tiempo comienza a formar parte de un proceso de autoconocimiento. André padece desde los seis años de la enfermedad artritis reumatoide, patología que se caracteriza por la rigidización de sus articulaciones con el paso del tiempo. Al vivir con tal dolencia, el cuerpo modifica su umbral del dolor, modificado por medicamentos o por el hecho de acostumbrarse a vivir con este. Al llevar a cabo el proceso de construcción de su obra, el dolor se activa, donde el cuerpo vuelve a ser consiente de su existencia. Esto también se vuelve análogo con Oiticica, quien planteaba que el parangolé es una acción de revelado y velado del propio cuerpo, donde se hace presente mediante la desaparición de este. La tela se transforma en un velo que Pérez cubre una y otra vez con una solida capa de cera. Incorporando la rigidez e imposibilidad natural del flexible material. 
El proceso de obra –de ambos artistas– se vuelve esencial a la hora de enfrentarnos con las piezas. A raíz de ello, André opta por mostrar el proceso de construcción de su muestra, utilizado el video como registro y material de apoyo para deverlar/entregar el carácter performativo de su trabajo. André tensiona, sube y baja el material, lo pinta y endurece, lo modifica y le quita su tención. Todas estas imágenes condensadas en una video Y localizados en una sala adjunta a la muestra principal son parte de la muestra de Galería Armada. 

Sebastián Valenzuela V. 
Galería Armada, Vicuña Mackenna 127 - Dpto 104 
14 de Junio, 2013

sábado, 12 de mayo de 2012

“AugenWeide”, el observador omnisciente.

   
Dentro de la variedad de obras presentes en la muestra “Movimientos” del Artista Louis Von Adelsheim, nos encontramos con un sin numero de estrategias visuales muy llamativas. Todas ellas se rigen y originan a través del medio audiovisual, formato el cual trabaja principalmente el artista. Las proyecciones sobre distintos materiales y formas, la utilización de los distintos dispositivos proyectantes y el manejo del espacio en su conjunto, son características claves de Adelsheim.
   Al recorrer la muestra resulta difícil no sentirse como un actor expectante frente al sin numero de estímulos que enfrentamos. Dentro de ellos, el mas significante y que nos acompaña dentro de todo su trayecto, es el trabajo “Augenweide”. Retro-proyección que consta con la imagen de un ojo en movimiento. Alrededor de cinco o seis conforman el montaje que recorre toda la infraestructura. Parpadeos, seguimientos con la pupila y el cerrado de este, son las actividades que inciden en nosotros.
   Al enfrentarnos a este trabajo desde el comienzo del recorrido, jamás dejamos de comportarnos como si este no existiera. El ojo de Adelsheim representa el conocido y reutilizado icono “El ojo que todo lo ve”, proyectando en nuestras mentes la sensación de un constante perseguimiento. Sintiéndonos indefensos y posiblemente observados.
   Uno de los términos que podemos analogar con este observador omnisciente, es el panóptico de Bentham, Dispositivo arquitectónico disciplinario, construido para albergar presos, locos o cualquier individuo que deba ser controlado y corregido. Este, consta con una construcción en forma circular, la cual estaba dividida por pequeñas celdas para cada individuo. En el centro de este circulo, se encontraba una torre, y en ella existía una cantidad indefinida de personas que vigilaban en su totalidad las celdas. Este dispositivo en su esencia, se caracterizaba por una observación poco clara desde el punto de vista del observado, ya que jamás podía estar consciente si era o no mirado, es decir, este se regia por esa posible incertidumbre. Actitud que provoca un condicionamiento mucho mas eficaz, frente al encarcelado. Ya que este, actuaba constantemente como si lo estuvieran observando, a pesar de la no seguridad de tal acción.
   Como podemos ver, este termino calza precisamente con el trabajo presentado. El cual, intentando crear un dispositivo similar que cumpla con tales características, intenta evidenciar y traer a la palestra la existencia de este en nuestra vida cotidiana. Es decir, al encontrarnos con la existencia de este dispositivo en este espacio, surge la pregunta ¿En que otros espacios ocurre exactamente lo mismo?, Al plantearnos una posible respuesta, nos encontramos con una variedad enorme de dispositivos, que pasiva o activamente pueden controlar nuestro actuar.
   La utilización de cámaras, circuitos cerrados, números o códigos que nos identifican, crean de una u otra forma medios de control. Poniendo a otro en un plano distinto a cualquier usuario. Quien tiene acceso al resultado (grabaciones, documentos, u otros medios) posee un grado de superioridad frente a nosotros. Logra saber nuestros movimientos en un cierto espacio, y posibles flujos que realicemos en el. Al igual que el panóptico, estos dispositivos parten desde una singularidad, entregando un cierto código que identifica a un solo individuo, pero que al momento de ser observado, el observador mira un conjunto, selecciona por un cierto actuar, clasifica según ciertas características. Uno de los ejemplos mas claros e impresionante es la internet. Medio que a primera vista nos facilita la vida, entregándonos información inmediata, conectándonos entre individuos, y facilitándonos entretención. Como podemos ver, esta es la forma en que nosotros observamos la interfaz, pero ¿Cómo nos observa ella a nosotros?. Como hemos dicho anteriormente, nos ve de forma individual, entregándonos un código ( IP ) el cual nos identifica como usuarios de la red. Al momento de que este observador capta nuestra información requerida, almacena en base de datos ciertos términos y conceptos que se acomodan con nuestros intereses y que al momento de necesitarlos los utiliza para su propio bien. Como vemos, en la internet, uno de los medios masivos y mas importante, se encuentra este dispositivo disciplinario. Que observamos a simple vista, como una facilidad para nuestras vidas, pero que puede poseer variadas capas que jamás imaginaremos. Creando de una u otra forma una sociedad disciplinada, no por el solo hecho de que nos intentan manejar, pero si, por la acción de que estamos siendo observados, regulados, captados, y clasificados.
   Para finalizar, resulta esencial retomar AugenWeide, Obra que se presenta de forma muy anecdótica y experiencial a simple vista, pero que lleva consigo una carga impresionante entorno a los dispositivos disciplinarios. Al igual que ellos, esta se presenta como una excelente obra, creando en el espectador un goce estético que no cuestiona a primera vista la carga que posee, pero al momento de caminar por los pasillos del museo y percatarse de ese ojo observando un algo, poco claro. Los limites existentes entre la obra y el espectador, comienzan a difuminarse, no logramos saber a simple vista, si realmente estamos siendo, o no observados.

Desde el otro: Ejercicios de reinterpretación

Hasta el 11 de mayo se presenta en la sala Juan Egenau la muestra colectiva Desde el otro, ejercicio dirigido por Nury González, académica del Taller Análisis Visual II que es impartido en el Magíster de Artes Visuales de la Universidad de Chile.


La exhibición se constituye a partir de la reinterpretación del trabajo de otro. A cada artista se le presenta una descripción formal y conceptual de una obra, la cual es traducida a un lenguaje personal.
Dentro de la muestra nos encontramos con un total de 32 obras, 16 de ellas basadas en un trabajo anterior y ajeno. Este traspaso resulta principalmente atrayente, ya que en él somos testigos de un rítmico juego de miradas, donde el total de la muestra es entrelazado, creando pequeños diálogos entre artistas y principalmente con sus obras anteriores.
El observador se ve motivado a relacionar estos elementos, tanto formal como conceptualmente, encontrándose con estrategias similares, por ejemplo la recolección de materiales, la acumulación y la comparación.
José Agurto, Luz Condeza, Adrián Gouet, Alejandro Leonhardt, Diego Lorenzini, Camila Lucero, Paulina Mellado, Marcela Moncada, Carlo Mora, María José Muñoz, Pablo Montealegre, Francisco Navarrete, Camila Ramírez, Tarix Sepúlveda, Richard Solís y Nicole Tijoux son los exponentes, artistas que trabajan en una variedad de técnicas, desde pintura y fotografía hasta instalación y performance.

Según Nury González, este desplazamiento rescata el tipo de traducción que es realizado, y lo interesante que puede resultar. “Sólo por dar algunos ejemplos, hay un pintor que exhibirá video y una bailarina que presentará una performance a partir del trabajo de un fotógrafo. Es decir, una muestra que dará cuenta de la transversalidad de este curso”, señala.
El recorrido presentado realiza un loop constante, donde toda obra es relacionada secuencialmente con la contigua, reencontrando y confrontando las propuestas, tal como nos dice González. “El espectador va a tener la posibilidad de ver una obra y al mismo tiempo mirar de dónde vino esa obra, pudiendo descubrir si hay o no alguna relación entre las propuestas presentadas”, puntualiza.

Ionisation: Lo auditivo desde lo visual

Ionisation,una muestra curada por el artista Cristián Silva para la Galería XS, reúne 18 obras que abordan el mundo auditivo desde una perspectiva visual. El día de la inauguración, estas propuestas visuales se contrapusieron a un concierto/performance colectivo en el jardín de la galería, en el que cada artista participante propuso su formato de sonido. El dibujante Diego Lorenzini, uno de los artífices de Uva Robot (“un sello chileno de canciones raras hechas por gente común”) tocó junto a los artistas Cristián Silva (batería-guitarra), Joe Villablanca (voces-guitarra) y Rodrigo Galecio (bajo) en lo que fue un show inédito, marcadamente experimental.

Silva planteó su propuesta curatorial desde dos puntos de partida. Por un lado, aludiendo al concepto físico-químico que supone un estado de disociación de la materia en iones o cargas positivas/negativas, y por el otro, desde la re-utilización del título de la pieza homónima del músico Edgar Varese, en la cual intenta mezclar el mundo docto de instrumentos acústicos con los aspectos más experimentales, electrónicos y conceptuales de la vida contemporánea. Conversamos con Cristián Silva sobre la concepción de esta muestra, que podrá verse hasta el 25 de abril.

¿Cómo planteaste la curatoría?

Se planteó como una pichanga, como se organiza un asado, una comida o una reunión. Está el lugar, está el grupo de personas, hay una cierta línea conductora y veremos que sale de ello. Les dí un par de coordenadas a los artistas por donde creí que podía ir, pero en general, hubo libertad para que ellos propusieran lo que quisiesen.

Habían algunas obras que ya existían, y que yo les sugerí que fueran utilizadas para la muestra, otras que sufrieron alguna reformulación o simplemente crearon propuestas completamente nuevas. En ese sentido hay artistas que prefieren trabajar con cosas que ya existen, y otros que se emocionan con el desafío de un nuevo escenario.

Esta curaduría está planteada como un encuentro de sensibilidades, una comunión de diferentes maneras de llevar a la visualidad el sonido. Principalmente, como una experiencia sensorial. En el caso de las propuestas auditivas, éstas se plantearon como música experimental, electrónica y electroacústica, y en otros casos como música popular. Esto ofrece un rango bien amplio, desde sonidos o ruidos incomprensibles, crípticos, hasta la posibilidad de presentar una cumbia.

De alguna manera, lo que me interesó fue revisar cómo los artistas que habitualmente trabajan con sonido o con música pueden traducir todo eso a la visualidad. Hay artistas que están acostumbrados, ya que lo han hecho siempre, como la Elisita Punto, Félix Lazo o Diego Lorenzini. Artistas que trabajan paralelamente el sonido –música– visualidad, cruzando estos caminos todo el tiempo. En cambio, hay otros a los que se les hizo más complicada la tarea, lo cual también supone que les abrió un campo fértil para explorar.

Pero en general cada uno de los artistas participantes está llenando un nicho o una manera de proceder. Por ejemplo, Ivo Vidal no trabaja habitualmente con sonido, pero si alude a él y a la música desde una perspectiva cultural, lo cual se manifestó en la performance que realizó en vivo el día de la inauguración, a través de unas declamaciones con un megáfono como ejercicios de dicción para superar la dislalia.

¿Cómo relacionas tu propuesta con el título Ionisation?

Tiene que ver evidentemente con el la obra de Varese; hace unos cinco años hice un grabado con los instrumentos que participan en esa obra, que creo son alrededor de cuarenta, incluyendo un gong, tambores de la infantería francesa del siglo XVIII, dos yunques, sirenas de emergencia, un rugido de león, un triángulo, entre otros. La idea original era entonces que ese grabadito diera nombre a la muestra, y que estuviera en ella, pero después lo olvidé completamente y al final no apareció.
En general, en mi trabajo como curador tienden a partir todas mis exposiciones, es decir, trato de armar una curaduría como un espacio ideal en el que pueda incluir mis trabajos, sobre todo aquellos que no caerían en ningún lugar y que rara vez son considerados… Es decir, me doy la pega de armar una exposición para que estos trabajos tengan su casa durante un rato. Obviamente, con el proyecto ya en marcha, con los artistas ya participando y motivados, empieza a surgir una dinámica que le empieza a dar vida propia al proyecto.
En el caso de esta exposición, el título también guarda relación con la agrupación y disgregación que sucede en el mundo artístico. Por lo mismo me interesa crear pequeñas fisuras, junturas y alianzas, invitando a exponer a artistas que jamás se habían topado unos con otros, por diferencias de intereses o porque simplemente no les había tocado trabajar juntos.

¿Cómo relacionas la muestra con tu trabajo personal?

Yo creo que tiene que ver con una voluntad de exploración de diferentes medios, diferentes áreas y diferentes estados de ánimo. Siempre me ha complicado y me ha parecido sospechoso quienes son capaces de trabajar en la misma línea, con los mismos medios eternamente, y me parece dudoso y además terrible que eso sea tan valorado. Por ejemplo, “fulanito lleva 60 años pintando números, ¿Increíble, no?”… me parece tristísimo eso. Creo que las variantes de trabajos que participan en esta colectiva son muy diferentes, y la verdad es que yo me siento súper identificado con cada uno de esos lenguajes. Creo que esa es una de las razones por la cual esta exposición funciona como creo que funciona. Como una especie de coherencia dentro de lo caótico. Mi trabajo personal intento plantearlo así también, con esa flexibilidad.

¿Cómo te familiarizas con el término de artista sonoro?

No me siento muy cómodo cuando escucho esos términos… artista sonoro, artista multimedia… yo creo que esos nombres suenan muy onderos, pero creo que cumplen una función etiquetante para hacerlos más viables comercialmente. En general, me complica esa noción de casarse con algo que ya está preestablecido, con sus códigos, leyes y dogmas. Yo creo que el artista debiera -ojalá- plantear su propio camino en lugar de aspirar a formar parte de una tribu. En este sentido todos los artistas participantes en Ionisation son bastante inclasificables. Por ejemplo, se podría decir que Rainer es un artista sonoro, claro, pero a la vez no, su investigación es más compleja que la denominación artista sonoro.

¿Qué impresión crees que ha quedado tras días de la inauguración?

El otro día me topé con gente que había ido a la exposición sin conocer ni el título, ni de que trataba el tema central, y me dijeron “no caché nada, pero había una vibra rara”… y fíjate que yo con eso quedo tranquilo. Hay un aspecto que creo que corre de forma subterránea, que tiene que ver con cómo se relaciona una obra con otra. Algunos reclamaron diciendo “no se deja respirar los trabajos, se observa uno, pero no se puede dejar de ver el otro”, y eso a mi me parece perfecto, eso es lo que me interesa, la vibración, la interferencia, los chirridos que se producen en la distancia entre uno y otra obra. Yo creo que en muchos casos resulta conveniente tener trabajos vecinos pegados, se potencian las identidades y en otros casos se apoyan el uno al otro.

Estamos muy agradecidos de la galería XS y de Anita su directora, ya que ha abierto este lugar con la voluntad de experimentar, muy generosamente, y sin limitarse por los aspectos comerciales o no-comerciales de las obras. Creo que ese apoyo es fundamental -y ejemplar- a la hora de realizar trabajos de este tipo.

martes, 17 de abril de 2012

Onanismo Postal, Sebastián Valenzuela

1.- Descripción. 

Onanismo Postal, Trabajo fotográfico elaborado en el 2010. Consiste en cinco fotografías en formato postal del registro de eyaculaciones provenientes de cinco individuos, a quienes, se les dio la orden de que se masturbasen pensando en una persona en particular, la que luego sería utilizada para anexar un vocativo a cada imagen (Para María, Para Pablo, Para Nicole, Para Felipe y Para Paulina. Nombres que responden al agente estimulante de cada individuo) El resultado de esta orden fue la eyaculación sobre un soporte negro, específicamente tela. Material que recibe el semen y produce el efecto de contrastante con la claridad de la secreción. Estás manchas de diferentes tamaños, tonalidades y densidades están organizadas azarosamente ocupando gran parte del encuadre. 

2.- Citas y Relaciones. 

Como en toda obra Postmoderna nos encontramos con variadas citas, relaciones y referencias entorno a la historia del arte, es preciso definir que estas serán expuestas en relación a los procesos que cuenta la obra. 2,1.- Utilización de un tercero. (Imagen 1 y 2) Como vemos, la realización de la obra dependió netamente de los cinco individuos que se sometieron al ejercicio. El autor cumple un papel creativo y ajeno, y a la vez distante. El solo hecho de entregar la orden, lo vuelve un espectador mas. Dentro de la historia del arte, hay variados artistas que invitan a un tercero a participar en sus obras, principalmente por el carácter de estudio que pueden poseer estas, o simplemente por el conflicto que nace a partir de quien ejecuta o crea. Dentro de ellos nos encontramos con Yves Klein. Artista Frances proveniente del dadaísmo, pero conocido principalmente por la utilización del cuerpo en sus obras(Body-Art). Uno de los trabajos mas famosos de Klein es la antropometría, trabajo que se caracterizó principalmente por la utilización de terceros en puestas en escena que el artista organizaba. Una de las acciones mas importantes fue realizada en 1960 y constó con la ejecución de su Sinfonía monótona -una nota repetida diez minutos y seguida de un silencio- mientras dos mujeres desnudas ayudándose una a la otra, se cubrían de pintura y se tumbaban sobre papeles blancos, dejando la huella de su cuerpo. El artista, paralelo a esta acción estaba sentado con terno y corbata entre el público. Cómo registro de esta acción Klein nos presenta los papeles manchados como la obra final. Como se puede observar, tanto en las postales como en la antropometría nos encontramos con procesos similares tanto de ejecución como de conceptualidad. Ambas obras disponen de un tercero como complemento del trabajo, lo someten a una orden con el objetivo de no perder de vista los resultados. El artista se observa como un ente ajeno, cumpliendo una labor creativa más que participativa. Con ello podemos inferir que la importancia u objetivo del trabajo se asimila a cualquier estudio científico. Se Presentan las muestras, y luego, las observo planteando una teoría entorno al resultado estético de ellas. Tanto la antropometría como las postales tienen su valor en la disposición del material corpóreo sobre un soporte. Este material deja de ser semen o pintura y se transforma en un cuerpo mas. En relación a esta corporeidad planteada, surge necesario tomar el expresionismo abstracto para ejemplificar dicho postulado. 

2,2.- Expresionismo Abstracto - Jackson Pollock (Imagen 3 y 4) 

El trabajo postal tiene una relación directa con el Dripping o Action Painting de Jackson Pollock. Artista emblemático del Expresionismo Abstracto. (Movimiento pictórico contemporáneo que se caracterizó por tendencias informalistas, la importancia del gesto, del proceso de obra, y además del carácter matérico presente en cada una de ellas). Dentro de las estrategias o posibles lecturas de la obra de Pollock, se observan bastante puntos en común con el trabajo postal. Tanto en la obra de Pollock como en las postales, nos encontramos frente al registro de una performance o acción. La cual se caracteriza por la muestra del resultado en pos de la acción. Es decir, por un lado Jackson Pollock nos presenta una serie de pinturas que fueron realizadas bajo una serie de procesos o gestos que determinan el resultado de ellas. Esto es analogado en las postales, ya que también se observa el efecto de una orden especifica. En ambas obras nos encontramos con los “resultados de”. En ambas obras observamos un carácter sexual, la eyaculación está presente como un vaciado de placer o material pictórico. En el caso de Pollock nos encontramos con un gesto espontáneo del chorreo de pintura frente a un lienzo horizontal. El gesto del lanzado de pintura también se puede asimilar como una eyaculación. Y al igual que la eyaculación presentada en las postales se puede observar como el chorreo de un material pictórico. Como podemos observar, el gesto de horizontalidad que nos propone Pollock también es observado en las postales. Tanto Greenberg, fiel seguidor y teórico de la obra del artista, como Rosalind Krauss, hacen hincapié en esta condición. “Por tanto, la verticalidad no es simplemente un eje neutral, una dimensión. Es un pagaré, una promesa, algo trascendente, una narración. Mantenerse erguido comporta llegar a determinada forma de visión – La óptica – lo que a su vez comporta sublimar, elevar, purificar“ Como vemos, el gesto de realización horizontal que luego es eliminado por la verticalidad del montaje, en ambas obras (Postales y Pinturas de Pollock) es decisorio, tanto en su lectura, como en el carácter que adquiere la obra. Este cambio de mirada nos propone una elevación de lo que observamos. El simple gesto de chorreo de pintura con una mirada horizontal, no deja ser mas que el mero hecho de pintura sobre algún soporte. Pero, el cambio que provoca la forma de observarlo, transforma inmediatamente la lectura. Es decir, ya no veríamos manchas de pintura sobre un Lienzo, si no que observaríamos el gesto detenido de las manchas sobre el soporte. Los materiales se presentan ante nuestros ojos con cierta tensión. Donde, la asarosidad y la expulsión, son atrayentes a la visualidad. Esto ocurre por la carga que posee intrínsicamente los objetos y el hombre en el espacio frente a la gravedad. Rosalind Krauss nos ejemplifica este punto con un postulado de Freud entorno al proceso de cómo el hombre llega a caminar en dos pies. “Esta misma verticalización, razonaba, equivale a una reorientación que se aleja de la sensibilidad animal, con sus olfateos y escarbaduras. La vista en cuanto vista, al ampliar el alcance de la atención, permite diversificar los enfoques”. Como se puede observar romper las reglas de visualización entorno a la mirada se entiende como una diversificación de enfoques. Observar el material rompiendo las leyes se vuelve mas interesante y con mayor contenido, ya que lo estamos viendo desde otro lado. 

2,3.- El deseo

Como ultimo punto de análisis entorno al trabajo postal me interesa dejar en claro la relación que planteo con el deseo. Las cinco imágenes pueden denominarse como un registro del deseo o la pulsión de un individuo hacia otro. Esto, está totalmente ligado también con el trabajo de Pollock, donde Krauss nos habla de la presencia del artista. En cada gesto del manchado que realiza Jackson sobre el lienzo, observamos al artista, no vemos su rostro, ni sus manos. Observamos huellas que simbolizan o representan la esencia de el. Esto es analogado con las imágenes Postales, ya que el semen dispuesto bajo un vocativo, simboliza un deseo canalizado hacia un otro. En esta obra, el deseo puede estar presente de dos formas; Primero se puede inferir el deseo como huella o marca que deja el artista. Con el objetivo de delimitar territorio. Además, al observar el vocativo, podemos inferir que no se refiere a un espacio físico que delimita, si no que un territorio corpóreo que responde a este agente estimulante. La otra forma de observar el deseo se refiere principalmente al deseo como la búsqueda del placer. ¿Qué produce el placer?, la estimulación. ¿Cómo se demuestra?, mediante una eyaculación. Entonces, lo que observamos es placer canalizado para un otro. Dentro de ambos modos de ver el deseo, la configuración de este se observa como una expresión de lo privado. Pero en este caso es interpelado por el espacio público de la exposición, llevada a cabo a la presentación del formato postal.



Bibliografía 
El inconsciente óptico, Rosalind Krauss, Editorial Tecnos.

sábado, 7 de abril de 2012

La fragmentación de un Cuerpo

La fragmentación de un Cuerpo
J o h n   C o p l a n s

            El cuerpo humano ha sido representado y utilizado para crear a lo largo de toda la historia. Pintores y escultores han mantenido visiones estandarizadas de cómo trabajar con ellos, estableciendo estereotipos específicos. Antes de la aparición de la fotografía el retrato solo era asequible para las clases más altas, por lo cual no existía una democratización de la imagen. Con la aparición de este nuevo invento la politización de la imagen toma un gran revuelo, ya que ahora cualquier individuo se puede transformar tanto en productor, como en consumidor de imagen.
            Dentro de esa producción nos encontramos con variados fotógrafos que hablan de una problemática entorno al cuerpo. Entre ellos hallamos a John Coplans.
            John Rivers Coplans, fotógrafo, crítico, redactor de revista y comisario de arte. Nació en Londres el 24 de junio de 1920 y se crió en Sudáfrica, país que abandonó en 1838 para enrolarse en las fuerzas aéreas. En 1940 ingresó en la infantería y, al estallar la Segunda Guerra Mundial, combatió con los King's African Rifles en la campaña de Etiopía, en Burma y finalmente, en La India. Tras una carrera militar de ocho años, se instaló en Londres y decidió comenzar su carrera como pintor tras estudiar un breve tiempo. Para él las escuelas le parecían inadecuadas, y por eso buscó otro espacio, compuesto por los museos de arte de la ciudad. Allí se vio influido por exposiciones como Cuatro clasicistas abstractos, que fue la primera muestra en Europa del arte de posguerra de Los Ángeles. Su instinto le decía que el futuro inmediato del arte estaba en Estados Unidos, y empezó a barajar la posibilidad de trasladarse allí. En menos de un año se divorció de su primera esposa y se trasladó a San Francisco. Desde allí realizó una importante labor como curador, e impulsó las primeras exposiciones de Warhol, Lichtenstein, Judd y Serra.
            Coplans cofundó Artforum Magazine en junio de 1962 con el objetivo de iniciar diálogos entorno a propuestas artísticas. En cinco años se encontraba entre las publicaciones más importantes especializadas en el nuevo arte, echando a un lado a rivales más antiguas como Art News y Art International.
            Enseñó en la Universidad de California en Berkeley, aunque lo decepcionó la visión antiintelectual del departamento de arte de la universidad.
            Enfrentado a un ambiente cultural conservador, y tras haber agotado sus opciones de crédito en San Francisco tras sólo unos pocos números, pronto la revista se reubicó en Los Ángeles, donde se estaba empezando a desarrollar un mercado para el nuevo arte. Coplans estaba decidido a que Artforum tuviera influencia en ambas costas. Para asegurarse de que Nueva York prestara atención a Los Ángeles, empezó a incluir escritores de la costa este en la revista. Coplans siguió trabajando con Artforum, principalmente como escritor, incluso después de que volviera a reubicarse -esta vez, en Manhattan- en 1967. Pero su cargo de director general era básicamente honorífico, y prácticamente no recibía ingresos de la publicación.
            En los setenta se estableció en Nueva York y trabó amistad con Robert Smithson. Desde el Museo de Arte de Akron, organizó las primeras exposiciones americanas de los fotomontajes de John Heartfield y de las fotografías de Brancusi.
            En 1974, Coplans recibió el Premio Frank Jewett Mather de la College Art Association, que le distinguía como crítico de arte.
            A los 60 años se embarcó con la fotografía en la carrera profesional de artista que se le había escapado de joven. Los autorretratos fueron su punto de enfoque, aunque su rostro casi no aparece en su obra. Como en los últimos años padeció una degeneración macular que dificultó gravemente su visión, inició una serie de fotografías de partes fragmentadas del cuerpo inspiradas en el atentado contra las Torres Gemelas, que no quedaban lejos de su estudio de Bowery. Fueron publicadas en un volumen de gran tamaño titulado A Body, y se presentaron, muestras en la galería Ace de Los Ángeles.
            Dentro de las imágenes que Coplans presenta, existe un sinnúmero de encuadres fragmentarios de su cuerpo en blanco y negro, con una constante carencia del rostro y la utilización de la verticalidad, respondiendo a la postura normal del ser humano.
            Entorno al análisis de la producción, podemos percatarnos de las influencias que ha adquirido de la modernidad. Como temática o eje principal de su obra vemos la unión de Arte/Vida. Toda la producción impregna una experiencia social y política que rompe con las barreras de lo público o privado, su cuerpo envejecido fotografiado se trasforma en un cuerpo topológico/objetual, además de estudios frente al paso del tiempo, transformándose en el soporte de la obra. Éste se muestra también sin miedo con sus surcos, genitales decrépitos, y marcas del tiempo, las cuales protagonizan este devenir temporal, obviando un carácter singular del artista, más bien utilizando el medio exponiendo la piel como un envoltorio común. Esta nos acompaña y devela el paso y la metamorfosis del tiempo, algo muy ajeno a lo que nos propone nuestro entorno. Estamos invadidos de un sin numero de imágenes e íconos que apelan a una juventud eterna, no tomando en cuenta el paso a través de la vida. El cuerpo viejo, flácido, con huellas, es un tabú. Por lo tanto al no ser exhibido, es como que si no existiera. Coplans da un giro a esa convencionalidad y exacerba la falta de pudor al enseñar este cuerpo.
            Mediante un carácter performático utiliza la fotografía como registro de movimientos y estudios personales (Imagen Nº3). La performance pasa a segundo plano, ya que principalmente lo que interesa es el resultado entorno a la imagen que se forma. Con la fotografía somos capaces de guiar al otro a observar lo que yo deseo, en cambio la presencia de la performance invita al receptor a observar de variados puntos un actuar en una plano especifico.
            El carácter o actitud que nos muestra Coplans es de exposición y pasividad, dos conceptos que se contraponen entorno a su forma de tratar la imagen. La exposición nos reafirma la postura y el objetivo que tiene al mostrar tales imágenes, pero esta pasividad habla mas bien de cómo se presenta para realizar tal exposición, con esto demuestra cero pudor y total relajo. Esto lo analogamos con la acción entorno a la relación medico / paciente. El paciente se presenta como objeto de estudio ante este profesional, se entrega y se permite la eliminación de la barrera entre lo público y lo privado. Es decir Coplans se nos presenta como objeto de estudio, y nosotros estamos encargados de entregar el resultado de tal análisis. Esto lo podemos ver ejemplificado en las imágenes Nº1 y Nº2, en las cuales encontramos una total disposición pasiva de parte del autor.  
            Como dijimos anteriormente Coplans es uno de tantos artista que trabajan con esta reivindicación del cuerpo dentro del arte. Entorno a esta fragmentación del cuerpo vemos a artistas surrealistas que utilizaban el cuerpo fragmentado para demostrar la objetualización de la mujer. El pintor Eduardo Westerdahl, utiliza el cuerpo femenino como fuente de inspiración,  nos muestra a la mujer como objeto de deseo, imposivilidatada por la dominación masculina, y permitiendo la fragmentación o mutilación de parte de este (Imagen 5) .
Como vemos la estrategia de fragmentación ha sido utilizada con anterioridad pero con el solo hecho de quien produzca tal imagen, las lecturas son completamente distintas. Esta misma posee un carácter intrínsicamente machista que observa el cuerpo del hombre como el gran manipulador. El artista se manipula a si mismo, en cambio la mujer es manipulada por el artista.
            Desde que se ha realizado la manipulación o fragmentación del cuerpo se ha imposibilitado a volver a ver este como una sola materia. Nos encontramos con un cuerpo que recibe manipulaciones externas dejando huellas y rastros del paso del tiempo como la intervención de un otro.
            Yéndonos a un carácter puramente formal nos encontramos con variadas imágenes que abordan el análisis que he realizado. En la imagen Nº1, encontramos al autor dándonos la espalda, lo que reafirma el carácter de pasividad frente al observador, con este gesto se entrega de forma indiferente ante nuestro ojo analítico, no existe rastro alguno de voyeurismo de parte de nosotros, ya que no participamos de un acto que no nos compete. El solo acto de realizar una reverencia y darnos la espalda nos invita a ingresar a el, adentrarnos a este cuerpo maltratado por el tiempo. Nos encontramos también con rastros de la instantaneidad de la fotografía, mediante la sombra producida por el origen de la iluminación. (luz frontal, suave y directa) Con ella podemos inferir que nos encontramos con un registro, más que con una puesta en escena programada.
            En la imagen Nº2 nos hallamos nuevamente una postura de total sumisión frente a este observador, implementando la unión de dos imágenes, encontrándonos con una lectura distinta. Ambas tienen una similar composición, pero que es enriquecida por la diferencia de la posición de las manos. Nos topamos con el mismo cuerpo, tomado desde lados distintos, pero que sus brazos nos producen una lectura de continuidad, formando una unión entre dos partes. Esto lo podemos ver como gesto de cariño asimismo, y gesto de aceptación. El que es confirmado con la esencia de su trabajo. Es decir muestro este cuerpo y además muestro mi conformidad con el.
            En la imagen Nº3 nos hallamos con el cuerpo de Coplans puesto en acción. No conforme con solo mostrar el rastro del tiempo en su cuerpo inerte, decide trabajar con el, lo activa y estimula mediante el movimiento, generando nuevas hendiduras y formas imposibles de observar a simple vista.
            En la imagen Nº 4 nos encontramos nuevamente con la unión de dos o mas fragmentos. En ella a diferencia de la anterior nos hallamos con una imagen continua que posee pequeños descalces, lo que puede apoyar la misma idea de imperfección que apela Coplans. ¿Por que mostrar una unión de tres imágenes perfecta, si apelo a aceptar esta imperfección? Nuevamente nos encontramos con esa supuesta abstracción la cual planteo. En esta imagen, antes de observar un cuerpo nos encontramos frente a una variada gama de líneas que conforman este, predomina la hendidura imperfecta que determina la aparición de un cuerpo.
            Como podemos ver las imágenes de Coplans al igual que de todo artista apela a un discurso especifico,  el cual es acompañado por pequeños y sutiles elementos que ayudan aún mas a una lectura acorde a los objetivos. La incorporación de estas imágenes feistas a la historia del arte me parecen sumamente interesantes, tanto como visión artística, como postura ante la vida y como puede influir en nuestra visión de realidad.
            Lo mas interesante de la problemática tratada por John, es como pone en crisis el cuerpo. Rompe con años de tradición frente a una perfección absoluta, y a una negación entorno al paso del tiempo. Nos muestra algo del cual estamos todos consientes que existe, pero que no se nombra, y que intentamos ocultar.
            El solo gesto de presentar estas imágenes pone en dilema lo oculto, por ende lo privado y lo público, que desencadena en esta unión arte / vida. En este punto es donde va mas allá mi complicidad con el fotógrafo. Ya que el solo hecho de plantear y problematizar la utilización del cuerpo como soporte,  rompiendo las barreras mencionadas, me compenetro con su obra por conciliar esa visión. Esto sucede principalmente por que creo que todo artista debe realizar su producción problematizando lo trascendente, lo que tengo mas a mano y me es incapaz salir de el. En este caso, el cuerpo mismo se va volviendo una necesidad problematizarlo, tanto por los cambios que afecta con el tiempo, como a los posibles resultados que tiene a raíz de agentes externos que lo estimulen.



La imagen como documento, Koen Wessing

La imagen como documento.
Fotoperiodismo 

Si tuviéramos que hacer una selección de fotógrafos que hayan sido parte fundamental de la historia de la fotografía, Koen Wessing estaría dentro del compendio mas importante, a raíz de instaurar nuevas estrategias de comunicación y ser parte fundamental de la documentación de sucesos claves dentro de America latina y el mundo.
La muestra del fotógrafo fue seleccionada para Chile como un documento y registro de la dictadura. Wessing llega días después del golpe de estado de 1973 para continuar con sus trabajos donde obtiene grandes imágenes. La falta de fluidez en su español y su propia personalidad son elementos claves que provocan que el fotógrafo pueda llevar a cabo dicho trabajo, y que no haya sido parte de las represiones que se realizaron en tal periodo. 
Dentro de las series mas importantes, encontramos fotografías tomadas en el Salvador y Nicaragua. Imágenes que representan ciertos conflictos bélicos que se desarrollaron en estos países. Al ver las imágenes, nos encontramos con fotografías que pretenden universalizar estos problemas, y a la vez, retratar como documento histórico estos sucesos, por lo tanto, logran trascender y llegar a un público mucho más amplio. Las imágenes no se vuelven importantes por retratar un suceso particular, si no que por la capacidad que el fotógrafo logra plasmar en ellas. Un ejemplo de esto es la fotografía ("El ejército patrullando por las calles"). Al ver esta imagen nos encontramos con la disyuntiva de que si la toma es azarosa o tiene algún estudio previo. En palabras de Wessing se informa que tiene un poco de ambas. Que se presentaran ambos “bandos “ en este encuadre forma parte del azar, pero determinar la acción del obturador es netamente valor del fotógrafo. Al encontrarse por un lado con monjas, personajes que representan el poder religioso, y con el ejercito que representa el poder de la fuerza pública. Inmediatamente el autor crea nexos entre estos personajes y decide realizar la toma. Como se observa, esta fotografía no representa solamente un conflicto histórico determinado, si no que logra trascender y retratar una disyuntiva que ha existido a lo largo de la historia, que es el enfrentamiento de ambos poderes. Un enfrentamiento pasivo, ambos se encuentran en el mismo lugar, pero no necesitan uno del otro. En este caso podemos deducir que el principal objetivo de Koen era retratar el conflicto, no particular de un sector determinado, si no que un conflicto histórico y universal. Como he mencionado una de las atribuciones que se le ha otorgado a Wessing es instaurar como método de producción el libro de fotoperiodismo o fotorreportaje. Desde la creación de la imprenta, ha surgido la necesidad de añadirle al texto una imagen; otro tipo de lenguaje que llega a un público mucho mas amplio, que es directo y apela a un receptor común, que está acostumbrado a la absorción de ellas. Las primeras imagenes aparecieron como ilustraciones, y a medida que se obtienen nuevos métodos, estos se fueron sumando al texto informativo. Con la aparición de la fotografía surge el fotógrafo de prensa. Sujeto, que aparece a raíz de la misma necesidad ilustrativa, desenvolviéndose entorno a un texto. Wessing logra dar vuelta esta jerarquía eliminando el texto como eje principal de la imagen, y lanza un libro con solamente imágenes. Este lo podemos considerar como un documento histórico, pero ya no hablaríamos de la fotografía de prensa que esta bajo el alero de un texto, si no que hablaríamos de fotoperiodismo o fotorreportaje, donde la información que prima es la imagen o fotografía en si. 
Wessing a sido parte fundamental para la historia de la fotografía, y de la imagen como documento informativo y de representación. A logrado transmitir y retratar sucesos particulares que han recorrido todo el mundo mostrando y dando a conocer acontecimientos muy particulares de ciertos territorios.

Del pedestal al altar, Marcela Trujillo

La mujer pop del arte Chileno
Ciencia Ficción Femenina, Marcela Trujillo marzo de 2011 

Esta es la primera exposición en la que hallamos una retrospectiva del trabajo de Marcela. Una fugaz pincelada a sus 20 años de carrera, donde nos encontramos con indagaciones en variados soportes, como la acuarela, pintura, el comics y por ultimo la animación. 
Al recorrer la muestra vemos parte acotada del amplio imaginario de la artista, donde podemos notar ciertas fascinaciones por el cuerpo humano y la composición de este, vemos como el genero femenino toma un protagonismo vital en cada uno de sus trabajos. 
Ciencia Ficción femenina es el nombre de la muestra presentada en el MAVI. Siete Espacios futuristas sacados del imaginario de Maliki cuatro ojos, artista y coleccionista de una innumerable cantidad de imágenes que forman parte de cada una de sus obras. 
El empoderamiento femenino nuevamente es una pieza fundamental de su producción. El total de sus personajes son mujeres, pseudo heroínas con súper poderes que reniegan de habilidades masculinas y utilizan el “ser mujer” como primera arma de lucha en su vida diaria. 
Imagen 1
Una de las cualidades primordiales para entender la producción de la artista, es tener claro el sentido de coleccionismo que padece frente a las imágenes. Marcela posee una gran cantidad de ellas , que reutiliza como parte de sus obras. Como vemos el material es pieza fundamental de la obra, y es donde justamente al objeto en si se le atribuye cierta importancia. Cada personaje que encontramos en el cuadro proviene de un muñeco con similares características al que luego es presentado, Marcela lo utiliza como modelo y le atribuye vida al objeto fetiche en si, vuelve animado a un ser inerte. El pop y el fetichismo son dos conceptos que gritan a través del lienzo de la artista, mediante la paleta de colores, y ciertos elementos que nos muestran como mercancía el cuadro, son factores que vemos para poder denominar y encasillar la obra como Pop. 
Cada cuadro tiene una simbología especifica que es utilizada en los video juegos, donde aparece el nivel de vida que este posee. Este elemento refuerza el carácter pop, rescata esta simbología y la introduce en el lienzo, quitándole su carga como símbolo netamente comercial y en relación al juego, para poder satisfacer necesidades estéticas. 
Dejando de lado un poco lo puramente estético y adentrándonos a cada realidad expuesta por Marcela sobre el lienzo, nos encontramos con un retrato del feminismo. Partiendo de la visión foucaultiana de que el cuerpo es un texto donde se inscribe la realidad social, nos podemos sumergir en la representación de la mujer. Con respecto a lo que dice Foucault la mujer toma el papel del texto, y según el trato y valor que esta adquiere es como este se presenta escrito. Marcela nos presenta una mujer arraigada a sus orígenes , con poder y decisión, donde no depende del hombre para la subsistencia. Tal como nos recuerda Cixous ”Al escribirse la mujer ha de retornar al cuerpo que le fuera mas que confiscado” y “ha de quebrantar el silencio al que fuera condenado bajo el falocentrismo”. La artista ha superado, y demuestra haber ganado frente al falocentrismo predominante en nuestra cultura. Vemos como ella engaña o se engaña frente a su representación de la mujer en su pseudo sociedad futurista. La mujer tiene el control sobre las maquinas , y se reapropia de su cuerpo, añadiendo ciertos elementos típicos del jefe de la tribu, el chaman, el rey o la justicia. La aparición del cetro es esencial
Imagen 2
para la lectura falocentrista que se ha mencionado, ya que este es un símbolo de mando, poderío y patriarcado . (imagen 1) Tal como se puede deducir la figura del patriarca es cambiado por la mujer, ella es la jefe de familia (Matriarca), de una familia donde existen hijas, no está presente la imagen del hombre en ninguna pintura de la muestra. Esto nos puede dejar en claro una posible visión que idealiza la artista. Frente a quien tiene el poder absoluto en su imaginario. Otra de las características netamente feminista es el orgullo y la necesidad de la maternidad. Dentro del lienzo nos encontramos con variados dibujos del ovulo fecundado, del cigoto, del bebe, pero jamás el espermatozoide (imagen 2). Vemos la tarea cumplida que al parecer no fue necesaria la ayuda del hombre para poder llevarla a cabo. A raíz de esto mismo surge esa necesidad maternal, que se ve explícitamente en esa unión umbilical entre una de sus personajes con su hijo (imagen 2). Para ir finalizando, y dejando de lado el tema netamente feminista una de las características que vemos y nos hace total relación con el carácter acumulativo de referentes es la hibridación cultural. No podemos deducir si sus ropas son aztecas, mayas, afroamericanos, etc. La proveniencia no es clara y por lo mismo vemos un sincretismo cultural donde ya no importa de donde provengas o como eres, si no que lo principal para calzar dentro del imaginario de Marcela Trujillo es el ser mujer y no depender de un hombre. El tema netamente antropológico que trata de presentar frente al feminismo es el que mueve los engranajes en su obra, y vuelve tan atractivo el discurso en aquellos lienzos. 

Bibliografía.

- 1999, El cuerpo y sus espejos, Una genealogía del cuerpo femenino. 
Estela Valverde, Editorial Planeta. 

- 1985 Fabula del falo, Francisco Umbral, 
Editorial Kairos

La Dislocación de Alfredo Jaar

Ni un lugar ni tampoco un no-lugar, es un espacio creado de reflexión entorno a la obra misma y el proceso que conlleva esta.


Entorno al proyecto dislocación curado por Ingrid Wildi nos encontramos con variados espacios y artistas que responden a esta curatoría, entre ellos se encuentra Alfredo Jaar en el Museo de Arte Contemporaneo (MAC) de Parque Forestal. 
Jaar esta vez nos muestra una instalación fotográfica en homenaje a Clotario Blest, sindicalista chileno, fundador de la CUT y del MIR. Este trabajo fue realizado antes de su muerte en los años 80 donde Alfredo le pide a Clotario que trate de representar la sinuosidad de la cordillera de los andes, a raíz de que el artista ve en él la versión humana de nuestra cordillera, por su presencia, solidez y majestuosidad. Alfredo Jaar nuevamente nos sorprende con su trabajo, mediante distintas series nos logra transmitir la pureza del personaje, exactamente las características que veía en el sindicalista. Otra de las virtudes que tiene Jaar es lograr crear espacios propicios para sus trabajos. Exactamente en este, nos encontramos con el personajes
 fotografiado y tras él, la cordillera de los andes -construida de neón blanco-. Esto nos logra concentrar y guiar en relación a la analogía que realiza el artista. En relación a ello, vemos como se encuentra el concepto inicial de la curatoría. Dislocación, Ni un lugar ni tampoco un no-lugar, es un espacio creado de reflexión entorno a la obra misma y el proceso que conlleva dicho trabajo. Esto lo vemos claramente en una de las fotografías que lleva por nombre Retrato Fallido, en ella vemos el proceso de trabajo del autor. Otro de los elementos que encontramos en la muestra son tres imágenes presentadas como estampillas, creando una gran serie de la misma. Al otro lado de la sala vemos otras fotografías apiladas, que responden nuevamente a la producción en serie de una imagen, a las cuales se puede acceder y tomar libremente. Al analizar esta ultima parte del trabajo podemos encontrarnos con una característica muy propia de Jaar, la desauratización de la imagen. Alfredo intenta quitar el aura cúltica intrínseca de la obra de arte, nos muestra una nueva reproducción, accesible, al alcance de quienes asistan a dicha exposición, donde podamos obtener una imagen de la obra misma, y siendo participes de ella. Tal como nos dice Walter Benjamin en "La obra de arte en la época de la reproducibilidad técnica" al crear una gran serie de las mismas imágenes, Jaar elimina la existencia irrepetible de la imagen, la politiza y por ende al personaje en si. Todo esto tiene una relación directa tanto con la curatoría de Dislocación, con el sindicalista, como con la producción de Jaar. Vemos una obra que presenta una investigación del territorio y de quienes participan en el, en este caso es Clotario la imagen que se encontrará presente en cada uno de los espectadores.



Centro de Tortura, Ahumada 312

Durante los diecisiete años de dictadura en Chile, surgieron las heridas más profundas en nuestra historia reciente. Miles de desaparecidos, torturados, exiliados y detenidos formaron el panorama de ésta época.
A raíz de este evento traumático, se crea como organismo de seguridad del estado (en reemplazo de la extinta Central Nacional de Informaciones): la DINA, (Dirección Nacional de Inteligencia) cuyas facultades incluían la detención y confinamiento de personas en sus distintos centros operativos durante los estados de excepción, los cuales al haber durado todo el periodo de la dictadura permitieron a la DINA retener estas facultades durante toda su existencia.
Como mencionamos, esta institución procuró mantener centros operativos a lo largo de todo el país. Estos centros, en algunos casos eran de conocimiento público, mientras que hubo otros que funcionaron de manera clandestina bajo el amparo de empresas fantasma, hospitales, colegios, comisarías, entre otros.
Entre los de segunda clase, existió un centro operacional de gran importancia, que fue dado a conocer varios años después, tras la llegada de la democracia.
Luego de la detención del tristemente célebre personaje conocido como “el encapuchado del nacional” (un personaje que deambulaba por el Estadio Nacional mientras fue usado como Campo de Concentración y que cumplía funciones de identificar a sus ex-correligionarios) – su nombre era Juan Muñoz Alarcón- se dieron a conocer los previamente mencionados centros. Una característica recurrente era que se encontraban localizados en pleno centro de Santiago y ocultos bajo de locales de compra y venta de oro.
El cuartel más importante se encontraba en Ahumada #312, el cual era comandado por Fernando Cruzat, Comandante -y torturador- que utilizaba este inmueble como centro de operaciones para capturar individuos de los alrededores. Estos eran interceptados por oficiales encubiertos de la DINA, luego eran detenidos ilegalmente y generalmente torturados. La clandestinidad de dichos lugares, sirvió en numerosas ocasiones para eliminar rastro alguno de las identidades de los detenidos, incluso se les enviaba en secreto a Argentina para luego ser ejecutados. En otras oportunidades se les hacían pasar por heridos y por medio de ambulancias, los enviaban a otros centros donde se especializaban en torturas de mayor intensidad.
Como vemos, estos locales fueron utilizados para desarrollar todo tipo de violación a los derechos humanos, cuestión que fue fácilmente encubierta por estos simples locales cuyo objetivo era la compra y venta de uno de los metales más caros e importantes.


A lo largo de la historia el oro ha cumplido similares funciones. Ha sido el metal que ha logrado entregar mayor estatus, tanto por su valor como por el componente visual. Faraones, Incas o reyes se caracterizaron por utilizar el oro como un elemento que los diferenciaba, llevándolos a la parte más alta de la jerarquía social. Esto se ha mantenido hasta nuestros días donde aquel ritual fue incorporado severamente por el ejercito. Cualquier elemento conmemorativo pertenece a este material, cada insignia representa un cierto rango dentro de estas entidades. Por ello, el oro y cualquier tipo de ornamentación se convierte en una clave trascendente para cualquier individuo formado bajo este paradigma.
Esto, nos lleva a plantear una posible tesis en torno a cómo se llegó a ejecutar este rubro para los más importantes centros operacionales.
Como dijimos, el oro ha sido utilizado durante la historia como un maquillaje, una careta, una distinción que modifica la apariencia de la realidad. La inserción de cualquier piocha de oro en algún personal del ejército, cambia inmediatamente su jerarquía. Deja de ser lo que es y se plantea como un nuevo individuo. Esto, es analogable a lo que ocurre con los locales en ahumada #312. Se utiliza este material como una pantalla frente a los fines reales que tenía el lugar.


El objetivo principal de esta serie es plantear otra mirada a la ciudad, utilizando como ejemplo, Ahumada #312. En este espacio no encontramos nada que nos informe de sus funciones en época de dictadura. Todo torturado, ejecutado o desaparecido que pasó por este sitio no nos dejó ninguna huella de su existencia o siquiera de su tránsito por este lugar. Por ello, propongo que se preste atención en este recorrido y que se tenga conocimiento de que dentro de estas poco visitadas paredes ocurrieron los hechos más vergonzosos de nuestra historia reciente. Las imágenes se proyectan como un pequeño memorial, tanto para las víctimas que desaparecieron como para algunas que recorren las calles de nuestra ciudad.
Planteo observar estas imágenes con detención y que contemplen la carga histórica que se puede intuir tanto en sus paredes como en su imposibilidad de habitar. Nos encontramos con luces bajas, rejas que delimitan el paso, letreros que nos invaden, como si se nos obstaculizara la posibilidad de reconocer ahí la presencia de otro lugar. El recorrido es así una analogía de una memoria truncada, así como no nos es imposible habitar estos espacios, es imposible habitar la memoria que ahí se forjó durante su oscuro pasado.